Tal y como os prometí, aquí os dejo una de las recetas que ocupa otro lugar privilegiado en mi escalafón repostero, por múltiples razones que paso a resumiros:
Es muy fácil de elaborar, siempre sale bien, se adapta a cualquier situación, permite incluir en ella nueces, almendras…y, sobre todo, porque forma parte de los “legados repostero” que mi amiga Trini tiene a bien regalarme de vez en cuando y que como ella misma, te solucionan cualquier imprevisto con éxito asegurado.
En cuanto lo preparéis una vez, seguro que pasa a formar parte también de vuestras “recetas de cabecera”.
Ingredientes
4 huevos
medio vaso de ázucar
medio vaso( mas bien generoso) de harina
1 sobre de levadura
1 pellizco de sal
1 brick pequeño de nata
1 tableta de chocolate fondant o para postres
nueces peladas(opcional) o/ y pepitas de chocolate( opcional)
Preparación
Precalentamos el horno a unos 180º ( el mío es antiguo, de los que se pueden poner con el calor arriba y abajo al mismo tiempo) y mientras tanto, en un cuenco de cristal, ponemos el chocolate hecho trocitos y el brick de nata y lo metemos al microondas durante un minuto o minuto y diez segundos ( es mejor probar un minuto y si fuera necesario ponerlo de nuevo un poco mas). Con una espátula le damos vueltas para que se derrita bien hasta que nos quede una mezcla cremosa que será difícil no probar…
En otro bol ( el mío es metálico, pero sirve cualquiera), batimos los huevos con el azúcar, hasta que también queden cremosos y de un color blanquecino. Yo utilizo para ello una de estas batidoras pequeñas de varillas que también sirven para montar claras y son muy prácticas y económicas.
En un tercer bol o ensaladera honda, tamizamos la harina junto con la levadura y un pellizquito de sal . Este paso ( que yo antes me saltaba, pero que aconsejo) consiste en pasar la mezcla por un colador, agitándolo para que caiga como en una lluvia finita. Reservamos.
Mezclaremos bien con movimientos envolventes, la crema del chocolate con la de los huevos y el azúcar y luego iremos añadiendo la mezcla de harina y levadura que tenemos ya tamizada, también de forma envolvente y cuidando de que que no queden grumitos de harina, pero es muy fácil de conseguir, no os asustéis..
Por último, si queremos añadir nueces picadas y pelada, o las pepitas de chocolate( ambas cosas se pueden encontrar en grandes superficies), es el momento de hacerlo.
Terminaremos engrasando el molde que hayamos elegido para la ocasión y, una vez vertida en el él nuestra elaboración, lo metemos al horno unos 30/35 minutos. Para saber cuando está listo, hacemos como nuestras madres y abuelas: pinchamos con un palillo ( yo uso uno de los de madera que sirven para insertar pinchitos ).
Sugerencias de presentación:
Este bizcocho, una vez desmoldado, queda muy lúcido si sencillamente lo espolvoreamos con azúcar glas, pero si queremos “rizar el rizo”, podemos fundir chocolate con un poco de nata en el microondas (como hemos hecho antes, pero con menor proporción de nata que chocolate) y cuando se enfríe, dejar que “caiga lentamente” sobre nuestro bizcocho. El resultado es toda una tentación para los mas adictos, entre los que me incluyo.
Si se trata de servirlo como postre para una ocasión especial y queremos otra presentación mas “glamurosa”, se puede distribuir la mezcla en vasitos individuales ( aptos para horno, que los hay…) y tenerlos menos tiempo, para que nos quede un poquito cremoso el interior, casi para comer con cuchara.
Hay que “pillarles”el punto, pero os aseguro que están también deliciosos y si los acompañamos de una bolita de helado de vainilla o de sorbete de fresas os lo aseguro que triunfaréis.
Ya os dejaré por aquí otro día la receta del sorbete, también cosecha de Trini…